Incrementar la concentración del alumno TDAH con auto-monitorización

Eduardo (nombre ficticio) es un niño de 7 años y 11 meses que pertenece a una familia de clase media. Su capacidad intelectual es normal e incluso obtiene un Coeficiente Intelectual de 120 puntos en las pruebas estandarizadas. Sin embargo, está yendo por detrás de sus compañeros tanto en el aprendizaje de la lectura como en las tareas de cálculo matemático. Rinde a un nivel parecido al de los alumnos del curso anterior, a pesar de haber recibido las mismas clases que el resto de sus compañeros. En un estudio más cuidadoso de su comportamiento, todos sus profesores coinciden en que destaca por su dificultad de atención. No es capaz de aprovechar con eficacia el tiempo que se destina a hacer los ejercicios, se distrae con mucha frecuencia.

¿Qué podríamos hacer para ayudar a Eduardo? ¿Cómo hacer para que persista más en la tarea, gestione mejor el tiempo y esté más concentrado?
En este artículo trataremos sobre un método de intervención conocido como la auto-monitorización.

Auto-monitorización

Dentro de la modificación de conducta contamos con todo un área de conocimiento destinada a promover el desarrollo de las funciones ejecutivas. Se trata de la promoción de la autonomía personal cuyo objetivo es capacitar a los estudiantes a ser más independientes. Debemos remarcar que la promoción de la autonomía personal no fue creada originalmente para el tratamiento de las funciones ejecutivas, ni se destina en exclusiva a ese campo. Pero consideramos que, de entre las técnicas de modificación de conducta, es la que mejor encaja con este fin.

Esquema de la promoción de la autonomía personal con sus componentes: auto-monitorización, establecimiento de objetivos, autoevaluación, auto-instrucciones y adquisición de estrategias. La auto-monitorización incluye autoobservación y autoregistro.
Promoción de la autonomía personal y sus componentes. La auto-monitorización, clave en el desarrollo de las funciones ejecutivas.

La auto-monitorización es una técnica de intervención que capacita a los estudiantes para ser más independientes y más capaces de manejar sus comportamientos sin la asistencia de otros. Implica dos componentes:

  • La auto-observación, que es el acto de detectar la presencia o ausencia de una conducta de interés.
  • El auto-registro, que es el acto de dejar constancia escrita de esa observación.

La técnica se ha utilizado desde preescolar hasta alumnos universitarios. Se ha utilizado para tratar dificultades de aprendizaje, TDAH, conductas desadaptativas y alteraciones emocionales. Sirve para gestionar tanto comportamientos académicos como comportamientos sociales. Por ejemplo, para incrementar la productividad con las tareas, prestar atención en clase o promover conductas de interacción social con los compañeros.

Pasos para implementar la técnica

Para llevar a cabo una intervención con auto-monitorización podemos seguir una serie de pasos:

Diagrama con los pasos para aplicar la auto-monitorización en el aula: identificar y definir la conducta, decidir si la técnica es adecuada, diseñar el procedimiento, enseñar al alumno, supervisar el progreso y desvanecer las ayudas.
Pasos para implementar la auto-monitorización. El proceso incluye identificar y definir la conducta objetivo, decidir si la técnica es adecuada, diseñar el procedimiento, enseñar al alumno, supervisar su evolución y desvanecer progresivamente las ayudas.

Primero, es necesario detectar la conducta que se quiere incrementar o reducir. Debe definirse con claridad y objetividad, y un adulto recogerá datos sobre su frecuencia para establecer una línea de base.

Segundo, hay que valorar si la auto-monitorización es el método adecuado. Para ello, conviene responder afirmativamente a las siguientes preguntas:

  1. ¿El alumno puede identificar por sí mismo cuándo ocurre la conducta?
  2. ¿Comprende la necesidad de mejorarla?
  3. ¿Posee la habilidad, pero no la aplica (déficit de actuación y no de aprendizaje)?
  4. ¿La conducta es frecuente y aparece varias veces por semana?
  5. ¿Es adecuada para su nivel madurativo?
  6. ¿Es voluntaria?
  7. ¿Es deseable en su contexto social, cultural y académico?

Si todas las respuestas son afirmativas, la intervención con auto-monitorización es viable.

Tercero, el orientador diseña el procedimiento y los materiales. Define en qué asignaturas y aulas se aplicará, y durante cuánto tiempo. También establece cómo recordará el alumno que debe observar y registrar su conducta (por ejemplo, mediante alarmas sonoras, relojes con vibración o avisos del adulto). Decide además si el auto-registro se hará durante la tarea o al finalizarla, y diseña la hoja que utilizará el alumno.

Cuarto, se enseña al alumno a auto-monitorizarse:

  • El adulto fomenta su implicación y explica el sentido de la intervención.
  • Le enseña a discriminar la conducta objetivo, con ejemplos y definiciones.
  • Explica cómo usar la hoja de registro.
  • Modela el procedimiento, simulando cómo se completa.
  • Por último, el alumno ensaya hasta registrar con soltura.

Quinto, durante la intervención se evalúa si el alumno modifica su conducta en la dirección esperada. Si no hay progresos, se repite el entrenamiento o se ajusta el procedimiento.

Sexto, los materiales de auto-registro se retiran progresivamente. Se usan cada vez con menor frecuencia hasta que dejan de ser necesarios.

Auto-monitorización en la práctica

Retomemos ahora el caso de Eduardo. El caso de Eduardo es un ejemplo real de aplicación de la auto-monitorización que procede de una investigación científica pionera.

Hallahan, D. P., Lloyd, J., Kosiewicz, M. M., Kauffman, J. M., & Graves, A. W. (1979). Self-monitoring of attention as a treatment for a learning disabled boy’s off-task behavior. Learning Disability Quarterly, 2(3), 24-32.

Lo que hicieron Hallahan y sus colaboradores nos sirve de plantilla y ejemplo sobre cómo intervenir los problemas ejecutivos de control atencional con estas estrategias.

En su estudio, un ayudante del maestro hizo de observador y tomaba nota del comportamiento de Edu sin que él ni el resto de la clase se diesen cuenta de ello.

La observación se realizaba en su aula durante el tiempo destinado a completar las actividades de matemáticas y de lengua. En concreto, durante ese tiempo Eduardo debía completar ejercicios de multiplicaciones y ejercicios de copia de textos escritos.

Ejemplo de observación externa en el aula mediante registro por intervalos: un adulto anota si el alumno permanece centrado en la tarea durante actividades de escritura y cálculo.
Observación externa y registro por intervalos. Durante el estudio, un adulto registraba discretamente si el alumno permanecía centrado en la tarea en intervalos de seis segundos mientras realizaba ejercicios de escritura y matemáticas.

¿Qué se medía? Se hizo un registro de intervalos. Cada 6 segundos el observador marcaba un “Sí” en su cuaderno si durante todo ese tiempo Edu había estado completamente centrado en la tarea. Y, por el contrario, marcaba un “No” si se había despistado en cualquier instante durante el intervalo. Así, al final de cada clase se calculaba el porcentaje de intervalos en los que permanecía centrado en la tarea.

Veamos una gráfica de resultados vacía para ilustrar el diseño del experimento. Técnicamente se identifica como ABABCD y se conoce como diseño de línea de base múltiple con varias conductas.

Gráfica vacía con las fases del diseño ABABCD para medir el porcentaje de tiempo concentrado en la tarea en escritura y multiplicaciones.
Diseño del experimento (ABABCD). Gráfica vacía para situar las fases del estudio.
  • La fase A corresponde a la obtención de datos de la línea de base.
  • La fase B es la primera aplicación del tratamiento.
  • En la fase A’ se retira el tratamiento para obtener más datos.
  • En la fase B’ nuevamente se aplica el mismo tratamiento.
  • En la fase C’ se aplica el tratamiento con unos ligeros cambios.
  • En la fase D’ se aplica el tratamiento con cambios adicionales.

En total, se observó el comportamiento durante 50 días lectivos consecutivos.

En el eje vertical tenemos, para cada fase del experimento, la media del porcentaje de intervalos en los que el alumno permanecía centrado en la tarea. Se observó en dos tipos de tareas: ejercicios de matemáticas y de escritura.

Fase A. Línea de base 1

Durante la línea de base 1 se le dijo a Eduardo, como era habitual, que se sentase a completar sus actividades de copia de texto y de matemáticas. Ningún cambio con lo que hacía hasta la fecha.

Porcentaje de tiempo concentrado sin intervención: 60 % en escritura y 50 % en multiplicaciones.
Línea de base inicial sin intervención.

Durante la LDB1 Eduardo prestaba atención durante el 60 % del tiempo dedicado a la escritura y durante el 50 % dedicado a las mates.

Vamos ahora con la primera fase de intervención (B).

Fase B. Primera aplicación del tratamiento

El profesor dijo a Eduardo que quería ayudarle para que se diese cuenta de cuándo estaba prestando atención y de cuándo no. Le entregó una hoja de registro como la que vemos en la imagen de más abajo. Aparece “¿ESTABA ATENTO?” y abajo tiene las columnas para responder marcando “SÍ” o “NO”. También le dijo que iba a utilizar un audio y que escucharía de vez en cuando un tono. Así, cada vez que escuchase el tono tendría que marcar en la hoja si o no estaba atento en ese momento.

Hoja de auto-registro con la pregunta “¿Estaba atento?” y opciones de respuesta, junto a un altavoz que emite tonos a intervalos irregulares como señal para registrar la atención.

El audio consistía en un tono puro de dos segundos de duración. Se presentaba a intervalos irregulares, en un rango entre los 10 y los 90 segundos, obteniendo una media final de una presentación cada 45 segundos.
Después de dar las instrucciones, el profesor realizó con el alumno los pasos del entrenamiento en auto-registro. Esto es, primero le dio definiciones y ejemplos de en qué consiste estar atento y en qué no. Luego hizo de modelo anotando en la hoja de registro al escuchar los tonos. Luego le pidió a Edu que repitiese las definiciones de en qué consiste prestar atención y, por último, le pidió que practicase con la hoja al tiempo que escuchaba el audio.
Como vemos en la gráfica de resultados, con la intervención mejoró la concentración durante la escritura y las matemáticas al 90 % del tiempo.

Mejora del tiempo de concentración tras la auto-monitorización: alrededor del 90 % en ambas tareas.
Primera aplicación de la auto-monitorización: la concentración se sitúa en torno al 90 %.

Fase A’. Línea de base 2

Durante la línea de base 2 Eduardo volvió a trabajar sin la hoja de registro y sin el audio. En consecuencia, la atención a la tarea bajó al 80 % en escritura y al 60 % en matemáticas.

Descenso de la atención al retirar la intervención: 80 % en escritura y 60 % en matemáticas.
Segunda línea de base: 80 % en escritura y 60 % en multiplicaciones.

Fase B’. Segunda aplicación del tratamiento

Aquí se reintrodujo el tratamiento con la hoja de auto-registro y el audio. Nuevamente, con la intervención se demuestra una mejora en la conducta atenta tanto en escritura como en matemáticas, llegando al 90 % del tiempo.

Recuperación del nivel de atención con la intervención: alrededor del 90 % en ambas tareas.
Reaplicación del tratamiento: la atención vuelve a situarse alrededor del 90 %.

Fase C. Intervención con menor ayuda retirando el audio

En la siguiente fase (o fase C) se comprobó el efecto del tratamiento sin utilizar el audio. Esto es, el profesor dijo a Edu que se observase a sí mismo preguntándose de vez en cuando si estaba o no estaba atento y anotando en la hoja de registro.

Mantenimiento de niveles altos de concentración al retirar el audio, en torno al 90 %.
Retirada del audio: la concentración se mantiene alta mediante autorregulación.

A pesar de retirar el audio, los efectos se mantienen alrededor del 90 % tanto para la escritura como para las matemáticas. Todo indica que Edu está interiorizando la estrategia de tal manera que es más capaz por sí mismo de regular su atención.

Fase D. Intervención sin ayuda. Retirada de la hoja de auto-registro

Por último, en la fase D, se comprobó el efecto del tratamiento sin utilizar el audio ni la hoja de registro. Edu simplemente tenía que preguntarse a sí mismo de vez en cuando: «¿Estoy atento?».

Si estaba atento, debía recompensarse con una expresión como «¡muy bien!». En caso de no estar atento, debía reconducirse diciéndose cosas como «Voy a procurar seguir con la tarea».

En definitiva, esta última fase es una fase de auto-instrucciones y de auto-refuerzo.

tención superior al 90 % en escritura y multiplicaciones sin ayudas externas.
Retirada de la hoja de registro: se supera el 90 % de atención con auto-instrucciones.

Los resultados igualmente fueron muy buenos, superando el 90 % de conducta atenta en los dos tipos de actividad.

Conclusiones

Es un estudio clarificador porque:

  • Muestra una transición natural en la que el alumno recibe cada vez menos ayuda y va interiorizando la estrategia.
  • La intervención puede aplicarse, y de hecho se aplica, tanto de manera individual como con grupos de alumnos en clase. Con ellos, a veces es suficiente usar la hoja de registro sin esta rigidez metodológica del experimento. O incluso, en caso necesario, se usan otros dispositivos de recordatorio como los relojes con vibración.
  • Es la primera investigación que muestra el efecto del auto-registro sin necesidad de recurrir al uso de refuerzos, premios y privilegios.
  • También es la primera investigación que muestra la eficacia del auto-registro y auto-instrucciones en población clínica.
  • No solo eso, aparte de los resultados que traje aquí, en el artículo se explica que, de forma paralela a la mejora en la conducta atencional, se produjo una mejora en el rendimiento académico. Eduardo mejoró en el número de palabras correctas escritas por minuto y el número de multiplicaciones correctas resueltas por minuto.

El artículo, siendo pionero, no pierde vigencia y sus recomendaciones nos llegan hasta el día de hoy.

Si deseas profundizar en el uso de auto-instrucciones y estrategias para mejorar la concentración en el TDAH, puedes encontrar nuestro libro Aventura Pirata en la tienda online de TEA Hogrefe.

Referencias

  • Hallahan, D. P., Lloyd, J., Kosiewicz, M. M., Kauffman, J. M., & Graves, A. W. (1979). Self-monitoring of attention as a treatment for a learning disabled boy’s off-task behavior. Learning Disability Quarterly, 2(3), 24-32.
  • Rafferty, L. A. (2010). Step-by-step: Teaching students to self-monitor. Teaching Exceptional Children, 43(2), 50-58.

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